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Mostrando las entradas de febrero, 2023

Track 26: En venta

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Así, le andamos poniendo fin a las vacaciones y ya sin mucho por celebrar (porque en el Infierno también se celebra, no crea) nuestro Oscuro jefe nos ha impuesto un acelere en esto de compendiar a nuestro amigo en la miseria. Estamos un poco dichosos y lo pensamos así, por qué no. Marán es un caído como nosotros. A veces no está de más salir a darle una empujón a sus delirios de grandeza perdidas y enterradas. A veces, no está tan mal. En venta Anoche, finalmente, terminamos de armar la máquina de los sueños. O de las pesadillas. En algunos casos —si no en todos— suelen convertirse en una misma cosa. Hoy salimos a la calle. Nos dedicamos a ofertar esta invención que a ninguno importa. Subimos al transporte. Nos mezclamos en eventos. Abordamos transeúntes a los gritos y al azar. En todo lado nos esquivan con espanto, por no decir con aversión. Más tarde, golpeamos las puertas de otros barrios, hogar por hogar. Son diversos y en alguno —nos prometemos— nos aguarda la gran oportunidad.

Track 25: En esos rincones, yo

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Hay un dato estremecedor: en el Infierno siempre se vuelve. De manera que, aunque nos transcurran altos lapsos de olvido, nuestro trabajo ha de tener in aeternum un nuevo capítulo. Como para estar a tono con nuestro estado de pésimo ánimo, les arrimamos este escrito apresurado de López Marán.  Esta especie de miserere que -en verdad- genera ganas de llorar, no solo por el despropósito de las letras, si no también por la idea de libertad perdida, por el eterno retorno al castigo. ¿Pero no es ese el desatino de todo demonio? En esos rincones, yo   De súbito, me entraron esas ganas de llorar que ya no recordaba. Fui a buscar ese lugar oscuro y privado donde solía soltarlo todo. Desde lejos, ya se escuchaban los gemidos, los lamentos y los misereres. Los había de todo bando y de toda edad. Los ayes y los por qué a mí arreciaban hasta el aturdimiento. Ya más cerca, cabeceé hacia mi rincón: gente oscura y de rodillas lo atestaban. Semejaba un recital de tristeza. Llegué a mi sitio. Lo