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Mostrando las entradas de septiembre, 2021

Track 1: La causa

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Este relato es acaso el más utilizado por nuestro viejo espíritu perdido para intentar agradar a las masas que jamás lo llegaron siquiera a escuchar nombrar. Ha sido publicada ¿merced a cuál engaño? en las revistas digitales Ragnarök (Argentina) y Espora (México); en la novela Memorias de un pueblo que no se va (Baldíos en la Lengua, Argentina, 2018) y en la recopilación de textos varios Voces cruzadas (Dunken, Argentina, 2018), además de en cualquier hueco de red social propia y ajena, o leída sin descaro o entregada en mano en cualquier evento perdido de literatura, de esos que abundan en bares y casa de lobos. Como sea, fue el primer atisbo de narración con aire existencialista barrial. Algunos hasta dicen haber visto en este puñado de frases uno que otro hallazgo. ¡Incluso hasta hoy! Algo que es difícil de creer y aún más duro de comprobar. En fin... He aquí la transcripción: La causa Sabe, hoy desperté en Corrientes... Me estremecí. La ciudad se me abrió en la página 13. Entre l

Instrucciones para volver de la tumba

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Marcelo López Marán (Poli) ha muerto. Su definitivo final se produjo el 9 de julio de 2012, 18 años después de la muerte de su padre, a quien –a pesar de lo que enarbolan las religiones más fanáticas– ya nunca más volvió a encontrar, ni en forma de luz ni de viento, ni de murmureos de consejo o chispazos de energía. No podemos afirmar que su partida fuese una concreta llamarada. Más bien, y como él mismo renegaba, su destino fue el de apagarse paulatinamente, en brevísimas fogatas que a nada ni a nadie llameaba atención. Su final se acomoda detrás de un anodino viaje ida-vuelta a Mendoza. Tal vez como un trasto más en el baúl izquierdo. Como sea, con los choferes como testigos, la Policía del Universo ha informado por escrito que de esa travesía Marcelo López Marán (Poli) jamás regresó. Aunque el tipo se haya creído lo contrario, acaso porque no recuerda su agonía final. O acaso porque la confundió con el tedio solitario de ese viaje sin batería, sin compañero de asiento, sin música